Una dolorosa tragedia ha sacudido al sistema de salud británico tras la muerte de Polly Ida Lindop, una recién nacida que perdió la vida en el Hospital Saint Mary’s de Manchester luego de que, por error, se le administrara una dosis letal de atracurio, un relajante muscular utilizado en cuidados intensivos.
La pequeña Polly había llegado al mundo con diez semanas de antelación por medio de una cesárea de emergencia, y su estado de salud era delicado desde el nacimiento. Sin embargo, su situación se agravó drásticamente cuando, tan solo seis minutos después de ser medicada, entró en colapso. Posteriormente se confirmó que la dosis aplicada era diez veces mayor a la indicada.
Un error de cálculo y falta de comunicación, según los testimonios presentados ante el tribunal, la madre de la menor, Kimberley Lindop, relató que escuchó a dos enfermeras discutir sobre una posible confusión entre 0.33 miligramos con 3.33. “Todo fue caótico. No entendía lo que pasaba, pero sabíamos que algo andaba mal”, relató conmovida ante el tribunal.
Un análisis forense confirmó la existencia de una sobredosis, aunque también señaló que la bebé presentaba serias complicaciones debido a su nacimiento prematuro, entre ellas daño pulmonar severo y una infección bacteriana poco común.
A pesar de la gravedad del fallo, la doctora Joanna Carter, perito del caso, explicó que no puede determinarse si la sobredosis fue la causa directa de la muerte o si simplemente precipitó un desenlace inevitable: “Es posible que, con o sin el error, la bebé no hubiera sobrevivido dadas sus condiciones de salud”.
Por su parte, la policía de Greater Manchester, que investigó la posibilidad de homicidio por negligencia, concluyó que no hay evidencia suficiente para presentar cargos penales contra el personal médico. No obstante, el caso ha reabierto el debate sobre los estándares de seguridad hospitalaria y la formación en protocolos de medicación.
Kimberley Lindop, la madre de Polly, aseguró que no se detendrá hasta esclarecer por completo los hechos: “Quiero justicia para mi hija. No puede ser que algo tan grave se reduzca a un simple error”.
La tragedia ha generado una oleada de críticas hacia el sistema de salud británico y plantea la urgente necesidad de revisar los procedimientos en áreas críticas como las unidades de cuidados intensivos neonatales.
Fuente: Debate