Morelia, Michoacán

La crueldad no conoce límites, esta vez, el envenenamiento de perros no ocurrió en la calle, sino dentro de sus propios hogares.

En la colonia La Maestranza de esta ciudad, al menos cinco lomitos fueron atacados con comida envenenada que fue arrojada hacia el interior de varias cocheras.

Los dueños, devastados, relataron que sus mascotas comenzaron a retorcerse del dolor, con los órganos prácticamente explotando por los efectos del veneno.

Algunos de los perros huyeron en desesperación, unos fueron hallados muertos, otros siguen desaparecidos.

Luisa Quijano Ravell, representante del colectivo Rescatistas Independientes de Michoacán, denunció que este tipo de actos están creciendo y son alimentados por la facilidad con que se consigue veneno en tiendas y tianguis.

“Estas sustancias no sólo matan animales con un sufrimiento atroz, también han causado la muerte de niños que lo consumen por accidente”, lamentó.

La activista relató que un testigo observó a un individuo introducir la mano en varias cocheras para lanzar objetos.

En un principio, se pensó que se trataba de volantes publicitarios, pero fueron precisamente esos domicilios los que registraron la tragedia.

Por ello, Quijano Ravell hizo un llamado urgente a las autoridades sanitarias para que se regule la venta de plaguicidas, ya que no sólo representan una amenaza para los animales, sino también para los humanos.

Cabe mencionar que la muerte por envenenamiento es una de las más crueles y lentas que puede sufrir un ser vivo.

Existen cientos de denuncias interpuestas ante la Fiscalía General del Estado (FGE), pero la dependencia simplemente no se da abasto, ante el crecimiento exponencial de estos casos, situación por la que, los grupos de animalistas piden que en lugar de sancionar, se tomen medidas preventivas.