Félix Madrigal/ACG – Morelia, Michoacán

Hoy se conmemoran 33 años desde que el Centro Histórico de Morelia fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este reconocimiento puso a la ciudad en el mapa mundial como un referente de arquitectura colonial y trazado urbano único. Sin embargo, el estado actual del Centro Histórico deja incógnitas sobre su manejo y conservación, al evidenciar problemas como el deterioro de fachadas, vialidades en malas condiciones y la falta de uniformidad visual.

Un recorrido por las calles del Centro Histórico muestra un panorama preocupante: múltiples edificios, incluyendo casas históricas, presentan pintas y grafitis que afectan no solo su apariencia, sino también su valor patrimonial. Este problema se agrava con la intervención poco cuidadosa en algunas fachadas, lo que rompe con la armonía visual que alguna vez distinguió a la zona.

Por otro lado, las vialidades presentan fisuras, baches y falta de mantenimiento, lo que contrasta con la imagen de un lugar que debería ser ejemplo de cuidado y atención por su relevancia histórica.

Una de las plazas principales del Centro Histórico que año con año es ocupada por tianguis organizados por movimientos políticos, lo que genera controversia sobre el uso de estos espacios. Mientras estos eventos permiten una dinámica económica y social, su impacto en el patrimonio y la imagen urbana a menudo resulta negativo. La falta de regulaciones claras sobre estas ocupaciones temporales pone en entredicho el compromiso con la preservación de estos espacios icónicos.

Hace más de tres décadas, el esfuerzo conjunto de autoridades y sociedad civil permitió que Morelia lograra su declaratoria como Patrimonio de la Humanidad. La reubicación de comerciantes, la restauración de edificios y la recuperación de plazas como la Valladolid mostraron que el rescate del Centro Histórico era posible con planeación y colaboración.

Hoy, la pregunta es si la ciudad puede retomar este espíritu de protección y respeto por su legado histórico. La falta de hegemonía visual y el deterioro de muchos edificios parecen diluir la esencia de lo que fue Morelia en su esplendor.

Este aniversario no solo es motivo de celebración, sino también de autocrítica. ¿Cómo recuperar la riqueza arquitectónica y cultural de Morelia? Garantizar el mantenimiento adecuado, promover el respeto por los espacios públicos y establecer políticas efectivas de conservación son pasos esenciales.

El Centro Histórico sigue siendo el corazón de Morelia. Ahora, corresponde a autoridades y ciudadanos definir si el próximo aniversario se conmemorará con orgullo renovado o con más incógnitas sobre su futuro.