El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el 24 de diciembre una enmienda que convierte al águila calva (Haliaeetus leucocephalus) en el ave nacional del país.
Esta decisión formaliza una designación que, aunque histórica, no había sido oficial hasta ahora, a pesar de que el águila calva ha sido un símbolo de los Estados Unidos desde 1782, cuando fue incorporada al Gran Sello Nacional.
La enmienda, promovida por el National Eagle Center y respaldada por un grupo bipartidista de congresistas, subraya la importancia de este emblemático animal para la identidad estadounidense.
Jack Davis, copresidente de la Iniciativa Nacional de Aves del Centro Nacional del Águila, expresó que, aunque el águila calva había sido considerada símbolo nacional durante casi 250 años, ahora su título es oficial.
«Ninguna ave lo merece más», afirmó, destacando la resiliencia del águila, que, a pesar de haber sido empujada al borde de la extinción, ha logrado superar las adversidades.
A mediados del siglo XX, el águila calva estuvo cerca de desaparecer debido a la destrucción de su hábitat, la caza ilegal y la contaminación, especialmente por el uso del insecticida DDT.
En 1963, se registraron solo 417 parejas anidadoras, lo que llevó a la especie a ser catalogada como en peligro de extinción. Sin embargo, gracias a los esfuerzos de conservación del gobierno y los ambientalistas, la población ha crecido considerablemente.
Según datos de 2018-2019 del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU., actualmente hay unas 316,700 águilas calvas en los 48 estados continentales.
La oficialización de esta designación reafirma el compromiso de Estados Unidos con la conservación de especies y rinde homenaje a un símbolo que representa la fortaleza y la perseverancia del país.
Según John Wodele, copresidente de la Iniciativa Nacional de las Aves, «la designación oficial del águila calva como nuestra ave nacional honra a este querido símbolo que une a los estadounidenses en todo el país».
Fuente: López-Dóriga