El Papa Francisco realizó este jueves un contundente llamamiento a la comunidad internacional para detener lo que denominó la «colonización de los pueblos con las armas» y pidió el apoyo para una campaña internacional destinada a perdonar las deudas públicas «insostenibles e injustas» que agobian a varios países.
En su mensaje tras el rezo del ángelus, desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa explicó que uno de los principios clave de los Jubileos, como el que se celebrará en 2025, es la promoción del perdón de las deudas.
En este contexto, instó a los gobiernos a respaldar la campaña de Caritas Internationalis, cuyo objetivo es transformar la deuda en esperanza, aliviando a los países oprimidos por la carga de las deudas y fomentando su desarrollo.
Francisco subrayó que «la cuestión de la deuda está ligada a la paz y al mercado negro de armamentos», destacando que los recursos destinados a las armas desvían fondos cruciales que podrían invertirse en áreas como salud, educación y desarrollo social.
«Basta de colonizar a los pueblos con las armas. Trabajemos por el desarme, contra el hambre, contra las enfermedades, contra el trabajo infantil», agregó el pontífice.
La campaña «Convertir la deuda en esperanza», lanzada por Caritas Internationalis junto a organizaciones religiosas y de la sociedad civil, denuncia que las deudas públicas insostenibles privan a los países de los recursos necesarios para inversiones fundamentales en el bienestar de sus pueblos.
Según la campaña, estas deudas perpetúan ciclos de pobreza y desigualdad, dejando a generaciones enteras sin oportunidades de desarrollo.
En su intervención, el Papa también volvió a hacer un llamado por la paz en todo el mundo, recordando a las regiones más afectadas por conflictos, como Ucrania, Israel, Gaza, Myanmar y la provincia de Kivu del Norte en la República Democrática del Congo.
Además, aprovechó la ocasión para recordar la festividad de San Esteban, el primer mártir, lamentando que, a pesar de los avances en derechos humanos, aún haya muchas personas perseguidas, incluso hasta la muerte, por profesar su fe cristiana en diversas partes del mundo.
Fuente: López-Dóriga