Herediano se corona campeón en Costa Rica, pero la violencia en el estadio empaña la celebración.

Costa Rica.-La Liga de Futbol de Costa Rica celebró su final del torneo con el triunfo de 3-2 del Club Sport Herediano sobre la Liga Deportiva Alajuelense que conquistó su trigésimo título como campeón. Sin embargo, el triunfo del Herediano en el que militan tres futbolistas mexicanos se vio opacado por una batalla campal al final del encuentro.

El Club Sport Herediano con el título obtenido igualó a la Liga Deportiva Alajuelense en el récord histórico de campeonatos, además de que tuvo una destacada participación de futbolistas mexicanos como Miguel Basulto, José “Tepa” González y Jesús Everardo Rubio.

Herediano logra ser campeón de la Liga de Costa Rica

Pero al terminar el partido lo que debería ser una celebración terminó con actos de violencia tanto el terreno de juego con algunos jugadores y cuerpo técnico de ambos equipos, así como invasión de fanáticos que también ingresaron para propinar golpes en una batalla campal.

El encuentro, disputado en el estadio Alejandro Morera Soto, ubicado en la Provincia de Alajuela terminó en una auténtica batalla deportiva.

Alajuelense, obligado a remontar un 2-0 en contra del partido de ida, comenzó con intensidad. Al minuto 3, Celso Borges anotó de penalti, reduciendo la ventaja global a 2-1. En el último minuto del primer tiempo, Diego Campos completó la remontada con un gol que empató el marcador global a 2-2.

Pero Herediano, dirigido por el ex Monarca Jafet Soto, no perdió la calma. En el minuto 69’, Allan Cruz marcó el gol definitivo con un potente disparo desde fuera del área, dejando el marcador 2-1 en el partido y 3-2 en el global. La resistencia del equipo herediano fue clave para sellar su victoria y llevarse el campeonato.

Pero tras concluido el partido se desató un inesperado caos. Mientras los jugadores de Herediano celebraban en el campo, se produjo una trifulca entre futbolistas de ambos equipos. Los ánimos se caldearon y las agresiones se replicaron en las tribunas, donde los aficionados protagonizaron peleas que requirieron la intervención de la seguridad y de la policía.

Debido a la violencia, la premiación del campeón tuvo que realizarse en los vestuarios para garantizar la seguridad de los jugadores. Este escenario deslució lo que debería haber sido una fiesta deportiva en Costa Rica.