Durante el mes de marzo se celebra en salas de exhibición alternativas del país el ciclo Primavera documental, con siete producciones de no-ficción
Jaime Vázquez, colaborador La Voz de Michoacán
En la búsqueda del origen de las palabras, en la indagatoria de su significado, encontramos a veces explicaciones en las que los especialistas no se ponen de acuerdo.
Primavera, afirman algunos, es el “primer verano”, por su composición en “prima vera o veris”. Otros indican que en realidad “vera o veris” no es la raíz de verano sino de “verdor”, mientras que algunos lingüistas afirman que no, por ejemplo, la voz “vernal”, del latín, no se refiere al verano sino a la primavera, como lo consigna Lewis Short en su diccionario de latín clásico.
Lo cierto es que la entrada de la primavera, para todos, es un símbolo del renacer, del inicio de un nuevo ciclo. Una estación asociada a la juventud que es, esencialmente, “la flor de la vida”.
En nuestro hemisferio, la primavera abre sus puertas el 20 o 21 de marzo, mientras que en el hemisferio sur entra con su calor y floración el 22 o 23 de septiembre.
Para México, la fecha coincide con el natalicio de Benito Juárez, el Benemérito de las Américas; su figura, biografía y obra han tenido capítulos en nuestro cine. Y la primavera también.
Durante el mes de marzo se celebra en salas de exhibición alternativas del país el ciclo Primavera documental, con siete producciones de no-ficción: Anayeli (Misael Alva, 2023), Ch'ul be. Senda sagrada (Humberto Gómez, 2023), El llanto de las tortugas (Jaime Villa, 2023), El tiempo de las luciérnagas (Mateo Morales y Mattis Appelqvist, 2021), La pipera (Miguel Pérez, 2022), Los árboles mueren de pie (Ronan Kerneur, Fany Fulchiron, 2021) y Sansón y yo (Rodrigo Reyes, 2022). En su itinerancia por diversas ciudades, las cintas podrán ser vistas en Michoacán en Morelia, Lázaro Cárdenas y Jiquilpan.
La primavera ha estado presente en pantallas como escenario de fondo o protagonista, como pretexto para el romance y la vida cursi o como paradoja y contraste.
En 1949, Alfredo B. Crevenna dirige la tercera de sus cinco películas protagonizadas por la argentina Libertad Lamarque: Otra primavera. Crevenna toma el guion escrito por Edmundo Báez y Egon Eis basado en la pieza teatral que Rodolfo Usigli escribió en 1937. Drama situado en “un rincón de Jalisco” sobre adulterio, amantes, hijos enfrentados y rencor; la película reunió a Ernesto Alonso con Lamarque, Patricia Morán y Alberto Galán, entre otros. La esperanza: que Alonso y Lamarque venzan los obstáculos de su pecado y vivan juntos su “otra primavera”.
Andrés Rábago nació en Los Ángeles en 1919, pero se cambió el apellido para ser famoso como Andy Russell. En México protagonizó varias películas, una de ellas fue Primavera en el corazón (Roberto Rodríguez, 1955), comedia musical a colores en la que compartió créditos con Irasema Dilián, Enrique Rambal y Queta Lavat. Están a la orden del día los enredos entre los personajes para que nos preguntemos si al final triunfará el amor primaveral.
Filmado en los Estudios Churubusco en 1956, Sinfonía de primavera es un cortometraje de 9 minutos fotografiado por Max Liszt, narrado por Pedro Ferriz y dirigido por Adolfo Fernández Bustamante. Estamos ante un paseo por el “cántico, himno, sinfonía de las fuentes” y “el deslumbrante milagro de la flor” en la Ciudad de México a mediados de los cincuenta. Un breve recorrido que la Filmoteca de la UNAM tiene disponible en su sitio web por jardines, fuentes, calles y una ciudad que dejó de ser la que era.
Con una historia de Hugo Argüelles, Francisco del Villar dirige La primavera de los escorpiones (1970), que nos cuenta cómo Isela Vega se relaciona con Milton Rodríguez y Enrique Álvarez Félix en un drama erótico en Valle de Bravo. Isela Vega confesó en entrevista con Elena Poniatowska para La Jornada que esa y otras de sus películas eran “muy malas” pero no por su culpa: “¿Y cómo te ha respondido el público?”, preguntó Elena. “Mis películas son las más taquilleras. Allí tienes la respuesta del público, mija”, le respondió Isela.
Dirigida por Ernesto Contreras y protagonizada por Irene Azuela, José María Yázpik y Cecilia Suárez, Las oscuras primaveras (2014) es otra historia de pasión. Igor y Pina son dos extraños que se desean. La fuerza de ese impulso va a destruir un matrimonio y una vida. La llegada de la primavera es sólo la metafórica habitación en la que se oficia esa luz erótica que hace a un lado el hastío de los personajes, en una película que cuestiona la lealtad y la fidelidad.
Quizá también en el cine, como escribió Neruda para la vida: "Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera".
Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz.
@vazquezgjaime