Washington, D.C.
Un reciente descubrimiento ha causado revuelo en la comunidad científica: la NASA confirmó la existencia de un planeta más allá de Neptuno que promete revolucionar la astronomía y cambiar la percepción del cosmos.
El hallazgo cambia paradigmas. Por décadas, los científicos especularon sobre la existencia de un noveno planeta en el Sistema Solar. Ahora, gracias al trabajo del investigador Konstantin Batygin y su equipo en el Instituto de Tecnología de California, estas teorías han tomado forma con evidencia contundente.
Este nuevo planeta, que no tiene relación con Plutón, es un cuerpo masivo, con una masa estimada entre cinco y diez veces la de la Tierra.
Su existencia fue deducida al observar patrones inusuales en el movimiento de objetos transneptunianos (TNOs). Estos cuerpos helados, situados en las regiones más lejanas del Sistema Solar, parecen estar influenciados por un campo gravitacional que solo un planeta podría generar.
La confirmación de la NASA: un reto técnico
A pesar de las pruebas indirectas, confirmar la presencia de este nuevo planeta presenta grandes desafíos. Su ubicación, en una región extremadamente lejana y con poca luz solar, lo hace prácticamente indetectable con los telescopios actuales.
Por ello, la NASA ha anunciado planes para construir un telescopio de última generación, diseñado para mapear el cielo con mayor precisión. Este instrumento será clave para rastrear y visualizar este misterioso cuerpo celeste, cuya existencia redefine los límites del Sistema Solar conocido.
Un descubrimiento que redefine la Astronomía
Este nuevo planeta no solo representa un avance científico, sino que abre la puerta a explorar regiones inexploradas en el Sistema Solar. Confirmar su existencia podría proporcionar respuestas a preguntas fundamentales sobre el origen y la evolución de los cuerpos celestes que nos rodean, llevándonos un paso más cerca de entender los secretos del universo.
El descubrimiento del nuevo planeta podría reescribir los libros de texto de astronomía y obligarnos a reconsiderar las teorías sobre la formación de los planetas.
No todos los objetos celestes pueden ser clasificados como planetas. Según las directrices de la NASA, un planeta debe cumplir con tres criterios básicos:
- Órbita despejada: Debe dominar su órbita sin compartirla con otros cuerpos significativos.
- Forma esférica: Su gravedad debe moldearlo en una forma casi redonda.
- Masa suficiente: Debe ser lo suficientemente masivo para superar la influencia gravitacional de otros objetos cercanos.
En 2006 Plutón fue reclasificado como planeta enano al no cumplir con estas características, pues comparte su órbita con otros cuerpos del cinturón de Kuiper.
Con información de Gismodo/Agencias