Una camioneta gris de reciente modelo irrumpió de frente sobre el camino. Adentro, sujetos armados decidieron no detenerse ni negociar, dispararon primero con armas largas, sin mediar palabra. La respuesta fue inmediata.

Redacción / La Voz de Michoacán

Uruapan, Michoacán. El calor de la tarde apenas comenzaba a ceder cuando la carretera que conecta a Uruapan con Paracho se convirtió en un campo de batalla. Eran cerca de las cinco cuando una patrulla del Ejército Mexicano recorría los caminos de la comunidad de Tiamba, municipio de Uruapan, como parte de los operativos desplegados en esta región marcada por la violencia.

La tranquilidad rural se quebró en segundos. Una camioneta gris de reciente modelo irrumpió de frente sobre el camino. Adentro, sujetos armados decidieron no detenerse ni negociar, dispararon primero con armas largas, sin mediar palabra. La respuesta fue inmediata.

El estruendo de los rifles automáticos resonó entre los árboles y parcelas. El enfrentamiento duró apenas unos minutos, pero suficientes para dejar un rastro de muerte. Dos de los agresores cayeron abatidos junto a su vehículo. El resto, si los había, logró escapar entre las veredas que cruzan los cerros.

Por fortuna no hubo bajas del lado militar. La disciplina del entrenamiento y la fuerza del Estado resistieron el ataque. Mientras el humo aún se disipaba, los soldados aseguraron el perímetro, vigilando con atención cualquier movimiento en la maleza.

La Fiscalía fue llamada de inmediato. Los peritos y los agentes se hicieron cargo de la escena, donde quedaron esparcidos los casquillos y las huellas de una breve pero feroz refriega. Hasta ahora, los cuerpos de los fallecidos permanecen sin identificar, y la camioneta en la que viajaban quedó bajo resguardo.

La tensión en Tiamba persiste. En los alrededores, continúa el operativo para dar con otros posibles implicados. La guerra no da tregua en esta parte de la entidad como en algunas otras, y cada patrullaje del Ejército busca frenar a los criminales y regresar la tranquilidad para las familias michoacanas.