El apoyo afectuoso de sus padres fue crucial para que de niño no soltara los lápices. Una pasión ancestral por el dibujo que sólo algunos pequeños podrían entender
Rita Gironès
El apoyo afectuoso de sus padres fue crucial para que de niño no soltara los lápices. Una pasión ancestral por el dibujo que sólo algunos pequeños podrían entender. También sus maestros lo alentaron a seguir su fijación por embarrar colores en las telas. La escuela se encargaría de encauzar ese talento.
Niño voluntario para pintar murales en las Fiestas Patrias de la escuela. Niño vencedor de un concurso de dibujo promovido por la marca Palmolive. Niño feliz de conseguir el primer premio: ¡puros jabones! De jovencito se arrimó a Don Miguel Moreno, el imaginero de Panindícuaro, y junto al hacedor de imágenes religiosas, aprendió el oficio de la talla de madera. Un camino lleno de vicisitudes juntando casualidades. Fue estudiante, docente y posteriormente director de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” del INBAL. Conocido como “el Güero” por todos sus maestros y apodado como uno de los “Fridos” por pertenecer al selecto grupo de discípulos de Frida Kahlo y Diego Rivera.
Un puñado de muchachos “capaces de imitar la naturaleza”. Especialista en la práctica pictórica del cotidiano mexicano, desde lo indígena a los mercados; de las escenas de enamorados a la presencia de la muerte; de las injusticias sociales y represión a las manifestaciones de protesta.
Sencillo, afable, nada estridente, fiel a su causa y a su estilo, Arturo ha recibido múltiples condecoraciones, la última y más representativa, la Medalla de Oro de Bellas Artes en su especialidad de Pintura. El pintor y muralista michoacano ha cultivado una larga y productiva carrera sumando más de 8 décadas de creación artística. Actualmente, se presenta su más reciente exposición en Palacio Clavijero, fue inaugurada el 30 de julio, coincidiendo con su aniversario número 100.
Hoy celebramos su bellísima centuria de compromiso, congruencia y sensibilidad.
¿Qué quería ser de niño?
Creo que yo nací pintor y moriré pintor. En realidad, dibujaba y dibujaba sin saber cuál sería mi camino. Mi papá me daba colores y me dejaba rayar libremente con la única condición que no lo hiciera en la pared, ¡sólo en un cuaderno! (Risas)
¿Qué quiere ser ahora?
Un pintor. Quiero seguir siendo lo mismo que soy.
Háblenos de la importancia de los colores.
Me quedaría con el rojo, el amarillo y el azul. ¡Qué belleza los colores primarios, secundarios y terciarios! Y después el blanco y el negro que no son colores, sino auxiliares. Porque la misma importancia tienen los colores como la luz y la sombra. Es tan necesaria la sensibilidad para trabajar las sombras y los claros…
¿Cuántas horas dedica al día a pintar?
Ahora ya casi no pinto, ¡soy un flojo de primer orden! Pinto solamente cuando me dan ganas. A veces cuando me levanto, otras al mediodía, pero no tengo horario.
¿Espera usted que le llegue la inspiración?
No la espero.... Yo nací con el don de dibujar y entré libremente a lo figurativo. He dibujado sin esperar la inspiración con la suerte de poder pintar cualquier cosa.
De todas las Bellas Artes, ¿qué lo llevó a encaminarse a la pintura?
Probablemente fue el ambiente en la escuela. Yo cumplía mis tareas, pero esperaba el momento de poder dibujar.
¿En qué favorece el arte a este mundo?
Yo empecé pintando ingenuamente como lo hace un niño, pero es al crecer que uno se va dando cuenta de las cosas: el lugar dónde vive, las circunstancias de vida, incluso el desarraigo de las tradiciones de los pueblos… No sé si el arte pueda ayudar a comprender el mundo, pero en mi forma de expresión he tratado que así fuera. Es una manifestación que me ha ayudado a vivir y, bueno, yo ando observando el mundo a través del arte.
¿Cómo percibe usted el arte contemporáneo, la pintura concretamente?
Hoy en día los jóvenes artistas se expresan como debe ser. Si están en un ambiente tradicional de artistas, seguirán la onda del momento. Pero si no –y son la mayoría- expresarán sencillamente lo que sienten, y de eso se trata.
¿A quién admira artísticamente hablando?
Tuve la suerte, con apenas 17 años, de ser alumno de los más grandes pintores de ese momento. Diego, Orozco, Frida, fueron mis maestros, ¡los principales artistas de la época! Frida fue mi primera maestra, con ella llegué a la escuela y con ella seguí hasta que partió. Por su enfermedad teníamos que ir todos los días a su casa de Coyoacán. Allí se daban las clases…
La cercanía con sus maestros le permitió aprender las técnicas, pero también la quintaesencia del artista en esa convivencia. ¿Cómo fueron ellos como maestros?
Recuerdo a Frida muy entusiasta para enseñar y también para corregir lo que uno hacía. En ese momento, yo escuchaba cualquier indicación. Me decía: “No, mira, fíjate que la luz viene de aquí…” Y luego: “Observa bien, ¡acá hay sombra y acá hay luz!”. Diego Rivera siempre me dio plena libertad para que yo me desenvolviera y la confianza de poder expresarme mejor. Con Orozco hice algunos trabajos, pero mis maestros más cercanos fueron Diego y Frida, pues con ellos aprendía en su casa.
¿Qué cualidades considera importantes para ser un pintor?
Yo diría que ganas de hacer las cosas y la voluntad de imitar a la naturaleza. Ahora hay muchas maneras de aprender. ¿Te gusta el dibujo? Usa negro y blanco. ¿Te gustan los colores? Pues usa con todos los que puedas integrar y di lo que necesites expresar. ¡No hay cuidado! Hoy todo se admira, se trata de hacerlo.
¿De qué se siente orgulloso?
De mi familia. Con la anuencia de ellos, estimularon esta manía que tuve de andar rayando y en lugar de decirme “no lo hagas”, me alentaron siempre a seguir creando. En mi familia todos tienen sensibilidad para el dibujo, pero yo me desarrollé en el camino artístico.
¿Es más difícil hoy dedicarse al arte?
Creo que el momento para dedicarse a esto sigue siendo igual. Si tienes un buen maestro, sabrá encaminarte bien para que puedas desarrollarte en el arte. Antes, en las tardes se dedicaba uno más al dibujo que a ninguna otra cosa y desde ahí es que te van estimulando. Mi actitud de aprender era muy clara, aunque nunca pensé en un futuro como artista.
¿Qué es para usted la Cultura, Arturo?
La Cultura es muy necesaria. Desde la escuela en nuestra formación, vamos descubriendo nuestra vocación. Con la ayuda de los maestros, uno va fijándose en lo que podría desarrollarse, ¡ellos te encauzan! Los maestros son fundamentales para el desarrollo de la Cultura.
Rita Gironès, escritora, docente y artista escénica. Catalana y mexicana. Lleva 20 años residiendo en Michoacán trabajando activamente por la cultura. Apasionada de las Humanidades, obtiene el Premio Nacional de Dramaturgia en México, 2022.
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